El Ministerio de Sanidad ha logrado este lunes alcanzar un preacuerdo con los sindicatos de la mesa de negociación del estatuto marco (CCOO, UGT, CSIF, Satse-FSES y Cig-Saúde), por lo que desconvocarán la huelga indefinida que tenían programada para finales de enero.

Valladolid ha sido, estos días atrás, uno de los escenarios donde se han percibido con mayor claridad los efectos de la huelga médica convocada en todo el país entre los días 9 y 12 de diciembre. Aunque la movilización ha tenido un alcance desigual según los ámbitos asistenciales, en la provincia el impacto se ha concentrado especialmente en los hospitales, con la suspensión de numerosas consultas externas y la reprogramación de actividad no urgente.

La protesta respondía al rechazo del colectivo médico a la reforma del Estatuto Marco, la norma que regula desde 2003 las condiciones laborales del personal del Sistema Nacional de Salud (SNS). Tras más de tres años de negociaciones y más de 60 reuniones entre el Ministerio de Sanidad, los sindicatos y los comités de huelga, el desacuerdo sigue siendo profundo, especialmente entre los profesionales médicos.

La huelga fue convocada por el Comité de Huelga integrado por la Confederación Española de Sindicatos Médicos (CESM) y el Sindicato Médico Andaluz (SMA), que denuncian que el nuevo borrador del Estatuto no recoge las particularidades del ejercicio de la Medicina ni las reivindicaciones históricas del colectivo.

Consultas suspendidas y actividad mínima

En Valladolid, el seguimiento exacto de la huelga no ha sido cuantificado de forma pública. TRIBUNA ha hablado con José Luis Almudí, presidente del Colegio Oficial de Médicos de Valladolid, quien aclara que "los datos reales de incidencia los tienen las administraciones sanitarias, las Gerencias de Atención Primaria y Hospitalaria y el Servicio Regional de Salud".

No obstante, el presidente del Colegio confirma que el impacto ha sido visible, sobre todo en el ámbito hospitalario. "Por los datos que he visto en otros medios y por mi experiencia profesional, el seguimiento ha sido más elevado en los hospitales que en atención primaria", explica. Según detalla, muchos pacientes de la provincia han visto cómo sus citas en consultas externas eran suspendidas: "Están pendientes ahora de recibir una nueva cita, y eso es lo que más consecuencias ha tenido para los pacientes".

Las intervenciones quirúrgicas urgentes y la atención a pacientes oncológicos o vulnerables sí se han mantenido. "Todo lo no demorable se ha respetado, tanto consultas como intervenciones", puntualiza Almudí, subrayando que los servicios mínimos han permitido garantizar la atención esencial.

Un rechazo que une a la profesión

Desde el Colegio de Médicos de Valladolid se insiste en que la huelga no ha sido un gesto aislado, sino la expresión de un malestar generalizado. "La opinión pública tiene que ser consciente de que si todos los médicos, en todas las provincias y en todos los ámbitos, estamos en contra del Estatuto, es que algo hay que cambiar", afirma Almudí.

Uno de los principales puntos de conflicto es la falta de reconocimiento de la categoría profesional médica. El presidente del Colegio recuerda que la formación de un médico supera los 300 créditos en el grado y se completa con entre cuatro y cinco años de especialización, un recorrido que, a su juicio, no se ve reflejado en el borrador del nuevo Estatuto. "No se puede plantear un estatuto que iguale a la baja a todas las profesiones sanitarias y, además, incluya también a las no sanitarias bajo el mismo paraguas", critica.

Especial relevancia tiene también la cuestión de las guardias. En Valladolid, como en el resto del país, los médicos denuncian que la atención continuada no se considera actividad extraordinaria ni computa para la jubilación. "Tenemos una jornada ordinaria como el resto de trabajadores, pero además una jornada complementaria que son las guardias, y ese trabajo no se tiene en cuenta", recuerda Almudí.

¿Más movilizaciones en Valladolid?

El conflicto, lejos de cerrarse, podría intensificarse en los próximos meses. "Si el Ministerio no negocia con los sindicatos que representan los intereses de los médicos, probablemente vaya a haber más movilizaciones", advierte el presidente del Colegio de Médicos de Valladolid. De hecho, ya se ha anunciado que a partir de enero podrían retomarse las protestas si no hay avances reales en la negociación.

El mensaje del colectivo médico vallisoletano a la ciudadanía es claro: "Queremos que se reconozca nuestro trabajo para poder ofrecer una mejor calidad sanitaria a todos nuestros pacientes", señala Almudí. Insiste en que el objetivo final de la huelga no es otro que garantizar un sistema sanitario fuerte, con profesionales reconocidos y condiciones laborales justas, comparables a las de otros países europeos.

Mientras tanto, Valladolid sigue sintiendo las consecuencias de un conflicto que ha sacado a la calle el descontento de los médicos y que mantiene en vilo a miles de pacientes a la espera de una solución.