La Guardia Civil de Valladolid ha procedido a la destrucción de un total de 1.072 armas que se encontraban depositadas en sus dependencias, una vez realizados los trámites oportunos y cumplidos los plazos establecidos por la normativa vigente.

Las armas fueron trasladadas a una acería, donde se convirtieron en chatarra mediante un proceso de fundición. Entre el material destruido se encontraban 479 armas de fuego, de las cuales 342 eran armas largas, 310 escopetas y 32 rifles, y 137 armas cortas, entre ellas 106 pistolas, 30 revólveres y un trabuco. También se inutilizaron componentes esenciales como cinco cañones y tres piezas fundamentales.

Además, se destruyeron 22 armas de aire comprimido, 482 armas blancas como navajas, machetes y cuchillos, 79 armas prohibidas , entre ellas llaves de pugilato, navajas automáticas y defensas eléctricas, así como un arco y una ballesta.

El material se encontraba en los depósitos de las Intervenciones de Armas y Explosivos de la Comandancia de la Guardia Civil de Valladolid. Algunas de las armas habían sido entregadas voluntariamente por sus propietarios, otras retiradas por la caducidad de licencias y el resto incautadas por su uso en hechos delictivos, infracciones administrativas o por tratarse de armas prohibidas.

Como referencia, en el año 2024 la Guardia Civil destruyó en la provincia un total de 1.182 armas, mientras que en 2023 la cifra ascendió a 1.492.