El VRAC Quesos Entrepinares se proclamó este domingo campeón de la Supercopa de España tras imponerse a Inexo El Salvador por 15-20 en un derbi vallisoletano condicionado por las interrupciones, el escaso ritmo y, especialmente, por la superioridad numérica que supo explotar el conjunto azulón en los momentos decisivos. Los chamizos, mermados por las bajas y sin su apertura titular lesionado, ofrecieron una gran versión defensiva, pero no lograron sostener su ventaja en el tramo final.

Aunque los duelos entre ambos equipos suelen desafiar cualquier pronóstico, el VRAC llegaba a la cita en mejores condiciones, tanto por la amplitud de su plantilla como por su racha de resultados. Esa diferencia se dejó ver desde el arranque: los de Diego Merino buscaron el control del partido, se instalaron pronto en la 22 rival y generaron varias opciones claras, pero chocaron una y otra vez contra una defensa blanquinegra extremadamente sólida.

El marcador no se movió hasta el minuto 18, cuando Taibo abrió la cuenta quesera con un golpe de castigo. La respuesta del Salvador fue inmediata: dos minutos después, Facu Munilla firmó el empate tras otra infracción visitante, pese a que los colegiales jugaban con uno menos por la amarilla mostrada a Jacobo Ruiz. La situación se torció aún más para los chamizos poco después, con la lesión de Martín Peña, evacuado en camilla tras sufrir una conmoción que dejó a su equipo visiblemente afectado.

Fue entonces cuando el VRAC encontró la vía del ensayo. Álex Pérez halló un hueco en la esquina para posar el oval y poner el 3-8, resultado con el que se llegó al descanso tras una primera mitad trabada, con numerosos parones y escaso vuelo ofensivo por parte de ambos conjuntos.

La segunda parte arrancó con un Salvador más decidido. Tras desperdiciar un golpe de castigo, los de Álvaro Gorostiza encontraron el premio gracias a la velocidad de Jerónimo Alonso, autor del primer ensayo local. El propio Alonso volvió a desequilibrar cinco minutos después, esta vez para poner por delante a los suyos con una nueva marca que Juan Martínez convirtió.

Pero el VRAC respondió al instante. La amarilla mostrada a Jerónimo Alonso devolvió la superioridad numérica a los queseros, y Sergio Molinero aprovechó el espacio para ensayar y volver a empatar, una acción culminada con la transformación de Taibo.

Con el partido abocado a resolverse por detalles, fue Miejimolle quien inclinó definitivamente la balanza. Su ensayo final estableció el 15-20 y entregó al VRAC un nuevo título, logrado desde la eficacia, la paciencia y el aprovechamiento de los momentos clave en un derbi intenso, incierto y marcado por las discontinuidades del juego.