El Baloncesto Valladolid firmó una de esas victorias que alimentan la leyenda. El conjunto de David Barrio se impuso al CB Starlabs Morón (88-89) en un partido vibrante, decidido con una acción para la historia: un triple con falta de Isaac 'Ice' Haney a 17 segundos del final. Una remontada de once puntos, una defensa final de hierro y una dosis de carácter sirvieron para sellar la cuarta victoria consecutiva de los morados, que siguen invictos en la competición.

Ganar en el pabellón Alameda de Morón de la Frontera ya es una hazaña de por sí, pero el mérito se multiplica teniendo en cuenta las circunstancias. El cuadro vallisoletano afrontó el duelo sin Fares Ochi ni Pau Carreño, con solo un pívot disponible y una rotación de ocho jugadores profesionales. Pese a todo, el equipo se sobrepuso a los golpes y volvió a demostrar su fortaleza mental y su enorme capacidad competitiva.

Buen inicio y resistencia ante la adversidad

El encuentro comenzó con un UEMC Baloncesto Valladolid muy concentrado, acertado desde el perímetro y con ritmo. Dos triples de Pablo Marín —profeta en su tierra— y otros dos de Haney abrieron la primera brecha (11-18). Sin embargo, los locales reaccionaron y recortaron diferencias antes del final del primer cuarto (20-22).

El segundo periodo trajo más dificultades para los vallisoletanos. La retirada momentánea de Sam Taiwo por un golpe en la cara dejó al equipo sin pívots y obligó a Barrio a improvisar: Iñaki Ordóñez actuó como ‘cinco’ y Juanga Rubio como 'cuatro'. Aun así, Pau Isern tomó el liderazgo ofensivo con dos triples consecutivos y mantuvo al equipo por delante (28-31). Con ambos conjuntos al límite físico, el duelo llegó igualado al descanso (41-38).

Morón golpea, pero el Pucela resiste

Tras el paso por vestuarios, el CB Starlabs Morón subió el nivel de intensidad. Alo Marín lideró a los locales con ocho puntos consecutivos que dispararon la ventaja hasta los once (58-47). Pero cuando peor pintaban las cosas, el conjunto pucelano volvió a sacar carácter. Con defensa, paciencia y trabajo coral, los de Barrio fueron reduciendo diferencias hasta llegar al último cuarto con opciones (67-62).

La batalla física y emocional alcanzó su punto álgido en los últimos minutos. Las faltas personales penalizaron al conjunto andaluz —Orlov y Williams fueron eliminados— y el UEMC Baloncesto Valladolid aprovechó para colocarse a tiro. Isern, Ordóñez y Haney lideraron la reacción final, con un Pau Isern sobresaliente en su regreso tras lesión.

Haney congela el Alameda

El tramo final fue de infarto. Un triple y un 2+1 de José Alberto Jiménez dieron aire a los locales (88-85), pero el Pucela no se rindió. Tras una pérdida de balón por cada equipo, llegó el momento decisivo: Haney recibió en el perímetro, convirtió el triple y forzó la falta. El estadounidense no tembló desde el tiro libre y selló el 88-89 definitivo. La defensa posterior del conjunto vallisoletano cerró un triunfo épico que silenció el Alameda.

Una victoria coral e histórica

El marcador final fue el premio al esfuerzo colectivo de un UEMC Baloncesto Valladolid que no entiende de excusas ni de límites. Pau Isern (19 puntos), Iñaki Ordóñez, y el propio Haney (17) brillaron en un conjunto donde todos aportaron para mantener el pleno de victorias (4-0).

El equipo regresará a Pisuerga el próximo sábado 1 de noviembre (19.00 horas) para recibir a la Cultural y Deportiva Leonesa, en un derbi que promete emociones fuertes.