Manual de cómo actuar ante una parada cardiorrespiratoria a través de unos sencillos pasos
Qué hacer ante una parada cardíaca: los pasos que pueden salvar una vida
Manual de cómo actuar ante una parada cardiorrespiratoria a través de unos sencillos pasos
Cada minuto cuenta cuando una persona sufre una parada cardíaca. Actuar con rapidez y decisión puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Según los especialistas, en apenas tres minutos sin oxígeno el cerebro empieza a sufrir daños irreversibles, por eso es fundamental que la ciudadanía sepa cómo actuar en este tipo de situaciones.
La doctora Virginia Fraile, médico intensivista del Hospital Río Hortega y miembro de la Sociedad Castellano-Leonesa de Medicina Intensiva y Unidades Coronarias lo resume de forma clara: "En los primeros tres minutos sin reanimación, el cerebro sufre daños irreversibles. No se trata solo de que el corazón vuelva a latir, sino de mantener el flujo de sangre hacia el cerebro".
Cada año, miles de vidas podrían salvarse si más personas supieran realizar una RCP básica. En España, el 74% de las paradas cardíacas extrahospitalarias ocurren ante testigos, pero solo una parte interviene. "Hay que perder el miedo. Aunque no sea perfecto, hacer algo siempre es mejor que no hacer nada", insiste la intensivista.
Formarse y saber actuar convierte a cada ciudadano en un eslabón fundamental de la cadena de supervivencia, por eso es importante tener claros los pasos a seguir:
1. Identifica si se trata una parada cardíaca
Lo primero es comprobar si la persona está consciente y respira.
- Sacude suavemente sus hombros y pregunta si te oye o puede responder.
- Si no contesta, abre la vía aérea: coloca una mano en la frente y la otra bajo el mentón, e inclina suavemente la cabeza hacia atrás (maniobra ‘frente-mentón’).
- Observa si respira con normalidad durante unos 10 segundos.
- Si no respira o solo hace movimientos jadeantes, estás ante una parada cardíaca.
IMPORTANTE: No pierdas tiempo buscando el pulso. Las guías actuales recomiendan que las personas no sanitarias no intenten localizarlo, ya que puede generar confusión y retrasar la actuación.
2. Llama al 112
Activa cuanto antes la cadena de supervivencia:
- Llama al 112 o pide a alguien cercano que lo haga mientras tú comienzas la reanimación.
- Informa de que la persona no responde y no respira: el operador te guiará paso a paso. Responde con calma a todo lo que te pregunten. Mientras hablas, ellos ya están activando la ayuda.
- Si estás en un lugar público y hay un desfibrilador (DEA) disponible y estas acreditado en su uso, solicita a alguien que te lo traiga.
3. Comienza las compresiones torácicas (RCP)
Es el gesto que mantiene la sangre circulando hacia el cerebro y el corazón hasta que llega la ayuda profesional.
- Coloca las manos entrelazadas en el centro del pecho, justo entre los dos pezones, sobre el esternón.
- Apoya el talón de una mano sobre el punto de compresión y coloca la otra encima.
- Sitúate con los brazos rectos y los hombros encima de las manos, en posición perpendicular sobre el esternón
- Presiona con fuerza para descender unos 5 cm el tórax y ritmo constante, dejando que el pecho se eleve después de cada compresión.
Ritmo recomendado: entre 100 y 120 compresiones por minuto (el ritmo de la canción ‘Stayin’ Alive’ de los Bee Gees puede servir de referencia).
4. Mantén las compresiones hasta que llegue ayuda o haya un desfibrilador
- No te detengas salvo que el afectado recupere la consciencia o empiece a respirar con normalidad.
- Si estás acreditado y te traen un DEA, enciéndelo y sigue sus instrucciones de voz: el aparato guía todo el proceso y solo aplica la descarga si detecta que es necesario.
- Mientras tanto, no interrumpas las compresiones más de unos segundos.
5. Si la persona recupera la respiración
- Colócala en la posición lateral de seguridad, de lado, con la cabeza ligeramente inclinada hacia atrás para mantener la vía aérea abierta.
- Permanece junto a ella y vigila que siga respirando hasta que lleguen los servicios sanitarios.
- Aunque parezca recuperada, debe ser trasladada al hospital para evaluar las causas del episodio y evitar que se repita.
Qué NO debes hacer
- No metas nada en la boca de la persona, ni siquiera si está convulsionando. Introducir objetos puede causar lesiones o asfixia.
- No intentes darle agua, medicación o comida.
- No pierdas tiempo buscando el pulso ni tratando de "despertarla" con sacudidas fuertes.
- No te detengas hasta que llegue ayuda o un desfibrilador. Cada segundo cuenta.
Por último, recuerda el último eslabón de la cadena de supervivencia: tras la parada cardíaca y el tiempo sin que el "corazón lata", el cerebro sufre aumento de radicales libres, lo que produce, en la mayoría de los casos, que el paciente no esté consciente. ¡No te desanimes! Son necesarios cuidados específicos en las Unidades de Cuidados Intensivos para realizar una protección cerebral adecuada y recuperar la perfusión de los órganos tras la restauración del pulso.
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