Otro torero formado en la Escuela taurina de Salamanca, Jesús Yglesias, y que entró en el circuito de Castilla y León por su destacada actuación en el bolsín de Ciudad Rodrigo, ha dado la campanada en la novillada celebrada en la Nava del Rey, destacándose como triunfador indiscutible en el mano a mano con el vitoriano afincado en Valladolid, Pedro Andrés, tras desorejar a sus dos enemigos de la ganadería de Brazuelas que le tocaron en suerte.

"Morito" y "celoso" han sido los ejemplares despachados por el novillero Yglesias con aplomo, sinceridad y entrega, además de colocación y temple demostrado en sus series rubricadas además con sendas estocadas enteras que enviaron al desolladero a los utreros de Brazuelas. Frente a Morito se hizo acreedor a las dos orejas si se enjuicia la labor con objetividad y el resultado final y por supuesto si se compara con el comienzo del festejo en el que se premió con exceso lo realizado. Las protestas del público se hicieron notar, aunque el palco se mantuvo inflexible a otorgar el segundo apéndice.

Con el que cerraba festejo, llamado «celoso», el mejor novillo del encierro lo recibió a porta gayola y comenzó su faena echado de hinojos, sometiendo al ejemplar con decisión y arte. El novillo se fue apagando a medida que transcurría la faena y aunque no se rajó como hiciera su hermano "morito", fue el más enrazado del encierro con mayor movilidad, lo que permitió el lucimiento del novillero.

El vallisoletano Pedro Andrés, muy valiente toda la tarde y entregado, sin embargo el quitapenas que abrió plaza le encunó de mala manera, al colársele cuando intentaba enjaretar el derechazo, dándole un revolcón del que salió milagrosamente ileso. El animal, muy bien lidiado por Mario Campillo para colocarlo en banderillas, subalterno que además se desmonteró para corresponder a los aplausos del público ante "aguililla", el tercero de la tarde, al que colocó dos buenos pares de banderillas.

Pedro Andrés tiene raza pero esta tarde no ha sido la suya, tal vez porque los novilos de Brazuelas no acompañaron. El primero un brusco y bronco utrero, bajo de fuerza, que brindó a una pareja del tendido oyéndose perfectamente el brindis en la plaza: "A tí te quiero como una madre, y a tí como un hermano. Va por vosotros", lo finiquitó de pinchazo trasero y estocada baja, pese a lo cual fue premiado con una oreja. Frente al tercero de la tarde, un "aguililla" castaño muy bonito de hechuras, nos engañó a todos en los lances de recibo pues metía muy bien la cara al capote del novillero. Sin embargo fue picarlo, y las fuerzas, las ansias, las gijas, se le fueron por el desagüe de la plaza y eso que también lo recibió a porta gayola al salir del toril.

En fin, la novillada ofreció el triunfo de un chaval extremeño, alumno de la Escuela taurina de Salamanca que tiene vela, raza, postura y posibilidad en esto de la fiesta de toros y unos novillos de Brazuelas que no alcanzaron en esta ocasión la calidad que atesoran.