El Fundación Aliados se ha impuesto, aunque con demasiado sufrimiento, a un Rehatrans Getafe al que ganaron 74-80, y que a punto estuvo de dar un susto a los vallisoletanos en tierras madrileñas en un partido malo, por parte de los de José Antonio de Castro, que supieron resolver en la prórroga, para sumar otro triunfo a su casillero.

Ya lo había advertido el técnico morado en la previa, que había que mantener la dinámica competitiva y de ambición de los anteriores enfrentamientos, pero los jugadores salieron poco centrados, sin organización y muy erráticos, lo que permitió a Getafe hacerse con las riendas del juego y tomar la ventaja en el marcador en el primer cuarto (16-12).

En el segundo, se reaccionó, con Adrián Pérez como seguro de vida, sobre todo, en el plano ofensivo, y con una luchadora Bea Zudaire, que siempre estuvo cuando más se la necesitaba, para llegar al descanso con una renta de cinco puntos (30-35), con la que los vallisoletanos parecieron despertar, ya que, tras la reanudación, la diferencia siguió aumentando, merced a una mejor defensa y el acierto de Adrián Pérez, García Quiles y Bea Zudaire, dejando el tanteo en un 40-52, a falta del último cuarto.

El encuentro parecía encarrillado, pero entonces, se hizo de noche. Los fallos se empezaron a acumular, entró el nerviosismo al no funcionar los cambios, y se bajó el nivel defensivo, lo que dio alas al Rehatrans, que supo utilizar a su ametralladora, Rodrigo Pérez, bien apoyado por Azzouz y Nagle, para forzar la prórroga. Ya en esta, el Fundación Aliados se puso el mono de trabajo y se mostró más sólido y superior al rival, para dejar el resultado en el definitivo 74-80.