Valladolid celebra San Isidro, patrón de los agricultores

Un año más Valladolid, ha celebrado la festividad de San Isidro Labrador con la tradicional misa y posterior romería a la ermita de San Isidro, que da nombre al barrio que en estos días celebra sus fiestas tradicionales.

Cientos de vecinos y autoridades se han acercado para homenajear al patrón de los agricultores y demás trabajadores del campo. A las 11:00 horas comenzaba la misa en la ermita oficializada, en esta ocasión, por el arzobispo Luis Argüello, en la que han estado presentes la teniente de alcalde, Irene Carvajal, junto con Carolina del Bosque, concejala de Juventud; Alberto Gutierrez, concejal de Tráfico y Movilidad y Alberto Cuadrado, concejal de Salud Pública y Seguridad Ciudadana. Por supuesto, también los miembros de la propia Cofradía de San Isidro, miembros de la Asociación de Vecinos del Barrio y ciudadanos y curiosos que se acercan cada año a celebrar esta festividad.

También se ha podido ver al presidente de la Diputación de Valladolid, Conrado Íscar, así como a representantes del PSOE como el concejal socialista Pedro Herrero o al portavoz del partido en la Diputación, Francisco Ferreira. 

Como es habitual, la misa sirve para pedir buen tiempo y éxito a los labradores y trabajadores del campo, especialmente en estos años con tiempos cada vez más cambiantes. 

Tras la eucaristía se ha llevado a cabo la procesión con el santo amenizada con el sonido de los dulzaineros y un grupo de danza tradicional. La tradición manda que la imagen de San Isidro la saquen en procesión los hombres de la cofradía, mientras que la imagen de Santa María de la Cabeza, esposa del santo, salga a hombros de las mujeres de la cofradía. Estas últimas, tienen que realizar un poquito más de esfuerzo en el recorrido, puesto que la imagen de la santa es más grande y pesada. Otra tradición cumplida este miércoles ha sido la de tocar las campanillas a los bueyes que acompañan a la imagen del patrón.

El recorrido se ha realizado, como siempre, alrededor del parque de la ermita, donde los puestos de dulces tradicionales han permitido endulzar la mañana a un público que no ha parado de bailar jotas. Con ¡vivas! a San Isidro y a Santa María de la Cabeza se ha regresado al punto de origen, pero no la tradición del 15 de mayo. Y es que, coincidiendo con la apertura de la ermita por esta fecha, también se abre el Museo de la Labranza, que se encuentra adosado al templo. Un recorrido por los típicos aperos agrícolas que recuerdan tiempos en los que trabajar en el campo era aun más duros si cabe.