Hablar de Fernando Redondo Barcenilla es hablar de una leyenda blanquivioleta. El palentino (Renedo de la Vega, 14-04-1944) lo ha sido prácticamente todo en el Real Valladolid y siempre con su amor por el Pucela por bandera. Con motivo del quincuagésimo aniversario de su primer partido como entrenador del primer equipo, Redondo recibirá el abrazo de Zorrilla en los prolegómenos del partido contra el CD Eldense (por motivos familiares estará fuer de Valladolid hasta entonces). Un cálido, respetuoso y más que merecido homenaje que coincidirá también con su octogésimo cumpleaños. "El Club es consustancial a mi persona. Ha sido mi forma de ser, de vivir, de creer, de sentir...", repasa con nostalgia y orgullo.

El entrenador debutó en el banquillo blanquivioleta un 24 de marzo de 1974, en un partido de la categoría de plata que se saldó con victoria por la mínima (1-0) ante el RCD Mallorca gracias a un solitario gol de Lizarralde. Alineó a Llácer, Berriozábal, Docal, Pérez García, Astrain, Cardeñosa, Lizarralde, Chus Landaburu, Segura (Fraçao, m. 45), Amarillo y Álvarez (Puig Viñeta, m. 82).

Fernando Redondo fue jugador, director deportivo, técnico del filial y entrenador de la primera plantilla hasta en seis ocasiones. Un apagafuegos que siempre respondía 'sí' cuando el Club de su corazón le necesitaba. Su fidelidad y compromiso le permitió disfrutar como responsable del banquillo, aunque siempre en un discreto segundo plano, de la consecución de la Copa de la Liga allá por 1984.

El carismático protagonista repasa con pasión su trayectoria en el Club y se emociona al lamentar que Mari Ángeles, el amor de su vida junto con el Pucela, no pueda estar ya en el Estadio para presenciar el homenaje de los suyos. "Le hubiera encantado", dice mientras no puede contener las lágrimas. A buen seguro que el cariño y el aplauso de Zorrilla resuena tan fuerte que llega a sus oídos mientras sonríe orgullosa.