Con el objetivo de levantarse del disgusto de hace una semana en Pepe Rojo. Así afrontaba el VRAC la séptima jornada de la División de Honor. Y el equipo de Diego Merino mostró su cara más coral para sacar adelante un partido en el que rival mostró una meritoria intensidad defensiva que dejó una primera parte de dominio total quesero que no se tradujo en suficientes puntos como para sentenciar el duelo, más si cabe con el objetivo marcado de conseguir un bonus ofensivo que el VRAC terminaría metiendo al zurrón.

El inicio, con un tempranero ensayo de Cian en el minuto 7, auguraba un mediodía tranquilo para el Quesos. En una muestra más de clase del eterno Gavidi, Martiniano rompió en velocidad para hacer bueno el gesto del fiyiano, que combinó con el argentino para el 5-0, que fueron siete con la patada entre palos de Baltazar Taibo. El siguiente llegaría 10 minutos después y con la autoría de Moala, que finalizaba una jugada colectiva de insistencia quesera hasta encontrar zona de marca (14-0). Con el objetivo de estrenar el casillero de puntos y ganar confianza, el Barça pasó un castigo para el 14-3 con el que se llegaría al descanso tras bloquearse el Quesos en la resolución de varias jugadas de ataque que prometían puntos.

Tras la reanudación el partido mantuvo su guion inicial, con un VRAC ansioso por sumar los cinco puntos y un Barça que esperaba su oportunidad. Álvaro Pírez encauzaba el partido para los vallisoletanos, de nuevo con Balta acertado con el pie, subiendo al marcador el 21-3. Fue poco después cuando, en un acercamiento rival, Felipe Alegría rompía por el flanco izquierdo aprovechando el vacío dejado por la defensa azulona (21-8) para sumar el único ensayo visitante de la tarde. Con Diego Merino moviendo el banquillo, el VRAC ganaba oxígenos y fuerzas renovadas, lo cual servía para romper definitivamente el partido con una lluvia de ensayos en un despliegue de juego, ritmo, fuerza y potencia del Quesos. Marc Sánchez en carrera por el flanco izquierdo (26-8), Mauro Perotti aprovechando una gran jugada de Arnau Andrés (33-8), Pablo Mateos en su ya clásico ensayo por partido (40-8) y de nuevo Marti (47-8), hacían las delicias de la afición quesera, que veía disfrutar y convencer a su equipo desde las gradas de Pepe Rojo.