VRAC y Burgos se han empeñado en que sus duelos no sólo sean con muchas cosas en juego, sino igualados al máximo y decididos en las últimas jugadas. Así fue en la final de la División de Honor, donde la moneda le salió cara a los vallisoletanos, y también en la Supercopa y en esta sexta jornada de la temporada 2023/2024, donde la suerte, o algo más, sonrió a los burgaleses para volver a ganar en Valladolid en un final de infarto.

No fue el día más atinado del Quesos, que estuvo impreciso, irregular e incómodo, con demérito para los azulones pero también mérito para Aparejadores, que aprovechó los errores del VRAC y especialmente los castigos, que si bien durante toda la temporada los de Merino habían minimizado para evitar puntos en contra, en esta ocasiones le supusieron un peaje muy caro que de alguna forma le terminaría costando la derrota. Pese a que el partido empezó con los pateadores, Carrió y Taiba, dándole a los suyos tres puntos que mantenían igualado el duelo, una pérdida local permitió que la astucia y velocidad de Tani Bay desarmase al Entrepinares para abrir la primera ventaja relevante del choque (3-8), ampliada con un castigo pasado de nuevo por Tomás Carrió que antes del descanso Baltazar Taibo menguaba con otro certero puntapié (9-11), aprovechando la superioridad numérica por la amonestación a Nehemias Sivori.

Tras una primera parte llena de incertidumbres, el VRAC salió con la responsabilidad de dar un paso adelante, pero esa reacción tardó en llegar. Es más, recoletas fue cogiendo un colchón que hubo quien percibió como insalvable. Otro puntapié de Carrió, y el segundo de la tarde para Tani Bay, en una gran jugada colectiva de los visitantes, situaban un desconcertante y atípico 9-21 en Pepe Rojo. El VRAC tocaba fondo en el partido y era el momento del todo o nada. Tal cual, porque Mauro Perotti asumió el peso de la remontada y llevó al VRAC a veintidós contraria, encontrando en el momento clave a Pablo Mateos, que ensayó y metió en el partido a la grada... y al equipo (14-21). Merino oxigenaba desde el banquillo y el Quesos se crecía, ganando fases, disputas y estáticas. Pero Burgos enfriaba el partido y medía los tiempos aprovechando sus pocos acercamientos con puntos al pie de Carrió (14-24). A ocho minutos para el final, un ensayo de Perotti con el VRAC volcado en ataque dejaba a tres puntos a los queseros (21-24). Tres puntos que volvían a sumar con un castigo que aseguraba un empate que el VRAC buscó romper con un drop en la última jugada del partido. Pero el riesgo que asumió Balta con un lejano drop costó caro. Tani Bay bloqueó la intentona y el oval le favoreció en el rebote para iniciar una larga carrera que acabaría con la victoria visitante y la dolorosa derrota del VRAC.