Con aire de crápula en el escenario, Javier Carballo, vocalista de Los Pichas, es un tío sencillo en el día a día; de barrio, muy cercano y con una filosofía de vida muy directa. “Ser de barrio en Valladolid es un privilegio, ser de la Rondilla es un título”, espeta. No se define ni como cantante, ni si quiera como actor: “soy un cómico”, dice en esta entrevista en el bar Tívoli, que suele frecuentar habitualmente.

Es protagonista de la primera entrega de Cerveceando, una iniciativa de Tribuna y Mahou, que busca conversaciones de barra de bar a caras conocidas de la ciudad y la provincia. Conducido por el periodista Pedro Santa Brígida, Carballo ha buceado en sus orígenes, que no quiere olvidar, en una familia “obrera”.

Su afición por el mundo del teatro y sus primeros pinitos al frente de los Pichas, un grupo muy gamberro que ha saltado fronteras y que no tiene complejos en actuar en lugares como los chiringuitos de las playas de Cádiz o la Plaza Mayor de Valladolid, en la apertura de Fiestas patronales; son algunos de los temas que salen a colación en el encuentro.

Carballo habla sin cortapisas de la crisis que ha asolado su sector, del daño que ha hecho la pandemia o de la diferencia entre educación y cultura; y “es que no tenemos conciencia de cultura”. Reflexiones que no dejan indiferente a nadie; todo ello, eso sí, regado con una buena cerveza y al calor de la barra de un bar.