La ascensiòn de Mercedes Cantalapiedra como cabeza de lista al Partido Popular al Congreso de los Diputados despertó los primeros recelos. El nombramiento de Jesús Julio Carnero de candidato al Senado ha terminado por reventar la caja de los truenos entre la militancia del Partido Popuar de Valladolid, una formación política poco dada a exteriorizar sus sentimientos y habitualmente sumida en una disciplina muy marcada a la hora de expresar sus opiniones internas.

El ejemplo de Cristina Ayala, que será elegida mañana alcaldesa de Burgos, ha supuesto una inevitable comparación. Había formado parte de la Mesa del Senado durante esta legislatura y también se postulaba para repetir en el Senado. Al convertirse en alcaldesa merced al pacto entre PP y VOX ha decidido renunciar a la Cámara Alta para ser alcaldesa de Burgos a tiempo completo.

El entorno de Jesús Julio Carnero ha expresado su extrañeza al comprobar el malestar interno en el partido, que ya ha sufrido anuncios de baja en la militancia, según ha podido conocer este periódico. Los comentarios enlas redes sociales y en los propios grupos de whastapp de militantes no se han hecho esperar con frases como "¿ahora, quién va a hacer campaña por ahí, sacando la cara?", que circulan ante la incredulidad de ver como el próximo alcalde de Valladolid compaginará su trabajo con el Senado.

La cuestión viene de atrás. Cuando Jesús Julio Carnero fue obligado a presentarse como candidato a la Alcaldía de Valladolid en contra de su voluntad política, soliticó una "red" de salida si los resultados no eran favorables sabiendo que tenía cerrada la puerta de regreso al Gobierno Autonómico. Pese a que las cuentas de la suma entre PP y VOX han salido para darle el bastón de mando de Valladolid, Carnero no ha querido renunciar a su escaño como senador, a pesar de las críticas internas en el partido. "Aquí se juntan muchas cosas personales que Jesús Julio ha utilizado para imponer su deseo de ir al Senado, pero tiene muy mala venta fuera", señalan a este periódico fuentes del PP.

Incluso, habituales militantes que suelen colaborar en las campaña electorales ya han expresado su rechazo a participar de cara a las generales. "Yo no puedo defender en la caseta ciertas cosas de nuestro partido. No me extraña que la gente emigre a VOX. Nos lo ponen muy dificil".