Será difícil olvidarse de aquella trágica tarde del pasado 2 de mayo, día en el que se registró el accidente mortal ocurrido en la calle Águila, ubicada en el barrio de Los Pajarillos. La víctima, María Soledad J.J, fue atropellada por un turismo cuando iba a cruzar a la otra acera por un lugar temerario y no habilitado. Sin embargo, eso no justifica que el conductor fuera una gran velocidad y mayor que la permitida (30 km/h). La condición de sordomuda de la mujer influyó en un final indeseado porque la de 57 años carecía, además, de la visión realista del momento.

Tal y como ha podido conocer TRIBUNA, instantes antes de que el turismo desplazara a María Soledad hacia la terraza del bar Águila, una familia salía del Supermercado Día de hacer la compra y, tras un despiste de los allegados, el más pequeño aprovechó tal circunstancia para jugar en plena carretera. Los familiares se percataron y la madre del menor cogió de la mano a su hijo para llevarle de nuevo a la acera. Justo cinco segundos después, y con un sonido estremecedor, el turismo pasó por la mencionada vía en el momento en el que María Soledad estaba cruzando de acera. Lo que pasó horas después se convirtió en un hecho trágico que pudo ser peor si la madre, cuando estaba con las compras de la mano, no se da cuenta de que su hijo estaba en la carretera después de salir del mencionado supermercado.

Fuentes consultadas por este medio, asimismo, aseguran que el autor del atropello intentó frenar antes del choque, pero su acelerón previamente incluso de que el niño estuviera en la carretera ya daba la sensación de que estaba superando la velocidad permitida con su coche. El responsable, en estos momentos, se encuentra en libertad provisional, gracias a la decisión en buena parte del Juzgado de Instrucción número 6 de Valladolid tras la solicitud incluida de excarcelación realizada por la defensa del detenido.