El Partido Popular seguirá presidiendo la Diputación de Valladolid una legislatura más. Aunque en este caso no necesitará ningún apoyo de otro partido, tal y como ocurrió en las elecciones de 2019 donde Conrado Íscar tuvo que pactar con Ciudadanos para poder gobernar.

En esta ocasión, la victoria en la provincia ha sido aplastante y el Partido Popular logra la mayoría absoluta para hacerse de nuevo con las riendas de la institución provincial en solitario. El resultado final ha sido de 14 diputados para los populares, 10 para el PSOE, dos para la formación de Vox y uno para Toma la Palabra. Ciudadanos desparece del mapa político de la provincia.

Con el cien por cien de los votos escrutados, el Partido Popular obtiene 109.349 votos lo que se traduce en 803 concejales. Son 13.000 votos más que en las anteriores y 51 concejales más. Por su parte, el Partido Socialista logra diez diputados con un total de 92.685 votos y 344 concejales, dejándose casi 5.000 votos y 33 diputados.

Por su parte, Vox se convierte en la tercera formación de la provincia con 28.334 sufragios y 53 concejales, lo que supone un considerable aumento con las anteriores elecciones municipales de 2019, donde obtuvo poco más de 15.000 votos y 20 concejales, y fue la quinta fuerza más votada.

Por último, Toma La Palabra aguanta el tirón y obtiene 20.000 votos y 42 concejales, una cifra ligeramente inferior a la de los pasados comicios. Quien se desploma totalmente es Ciudadanos que si en 2019 obtenía 84 concejales por toda la provincia con más de 32.000 votos, en esta ocasión ha conseguido apenas 5.000 votos con 20 concejales, que tendrán una labor puramente testimonial en la provincia.