Cartel de no hay billetes en el Teatro Calderón para ver Una noche sin luna sobre textos de Federico García Lorca. ¡Sergio Peris-Mencheta y Juan Diego Botto, a la pizarra! Qué decepción Virgen de La Soterraña patrona de Olmedo, la Ciudad del Caballero. Este teatro que hace esta gente esa para entusiastas bolsonarianos. Sí, radicales, que les hay de todos los colores. Ya sabemos hace muchos años que los extremos se tocan.

Ahora que está tan de moda la cocina hay actores como Botto o directores como Peris Mencheta que son aficionados a la Thermomix. Todo vale. Cojo un poquito de Yerma, Bodas de sangre, algún artículo suelto, algo de lo que dijo este y el otro, y ¡ale, lo mezclo bien y a provocar la risa fácil del público y la emoción del todo a cien, Un público creyente, casi, casi integrista que aplaude antes de entender. Ahora el público cuanto menos entiende más aplaude. Nos se han fijado en los políticos que se aplauden ellos mismo y los demás le siguen como ovejas, pues eso ha llegado al teatro. No solo aplauden, se ponen en pie, y gritan bravo, bravo; lo siguiente será oé, oé, oé, oé...

Son más de dos horas donde Botto se "dirige a su público" y suelta el mitin: como actor vuestro que soy os voy a contar como era Lorca... Vamos anda. Federico era el poeta de todos.  De los gitanos, también de los toreros, Botto que se te olvidó nombrar al banderillero al que también fusilaron esa noche sin luna, no sea que te tachen de taurino, (¡viva la autocensura!), de las mujeres, de los flamencos... Esta noche Botto lo está fotografiando para que sea de un solo bando. ¡El suyo!

Lorca fue una leyenda en vida. Su obra es un clarísimo reflejo del aura que tenía el personaje. Por desgracia, Botto esta noche solo nos está enseñado a Lorca por un agujero muy pequeño, el agujero de la aburrida y mentirosa actualidad. Que si maricón para arriba, que si maricón para abajo. Y vuelta la burra al trigo.

Lo que no ha entendido ni Peris-Mencheta ni Botto, o no lo quieren entender es que para Federico García Lorca, como bien ha dicho Lluís Pascual, el teatro siempre fue "una máscara" el yo que adoptamos para relacionarnos con los demás convertido en arte. Lo que hacen Peris y Botto es un refrito que ni me conforta, ni me consuela y me aburre soberanamente. Lo del barco de Chanquete, digo Teseo y toda esa palabrería barata, corramos un estúpido velo.

Un público enfervorecido gritaba y aplaudía a rabiar. ¿Se aplaudía a sí mismo como los políticos de la tele?