La pluma del rey

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La pluma del rey
Archivo - El Rey emérito Juan Carlos I a su salida de Madrid con dirección Abu Dabi tras su visita a España | Foto: Alberto Ortega - Europa Press - Archivo
El Viudo
El Viudo
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Lo que daría por ver la imagen de la cola del paro obrero en Londres donde en la fila se encuentra el jefe de protocolo del Rey Carlos III.

Ya, que supongo que a estas horas de la película  le hayan despedido.

Ha tenido el hombre años para preparar el día de la firma de la proclamación del nuevo monarca y elige una mesa para tal acto en la que no entraban ni las dos actas, ni el tintero y le prepara al pobre hombre una estilográfica que enroscaba deficientemente.

Diez palacios, setenta salones, cuatrocientas mesas y más de dos mil sillas y "el menda" coloca
ante millones de espectadores, una mesa más pequeña de la que podríamos tener cualquiera en una salita de estar.

Pon una mesa como Dios manda, como la de Putin para recibir a Macron, que se note el poderío, que se den cuenta en todo el mundo, que ahí hay "jarina", sin estrecheces, ni restricciones.

Puede ser, pero no lo tengo comprobado, que en esa mesa, la fallecida tomase todas las tardes su copita de ginebra, que tanta salud y vigor la ha proporcionado para durar tantas décadas al frente de un país y una familia que la han dado de todo menos alegrías.

Solo le faltó al acto de la firma que la mesa estuviera mal calzada y hubiéramos visto a Carlos III agacharse con un cartoncito doblado a equilibrar el mueble.

Y en cuanto al instrumento para escribir, lo suyo es poner un juego de plumas bien estirado para que cuando cada firmante haga su rúbrica se la pueda llevar de recuerdo, de un día tan significativo y especial.

Pues nada, todos con la misma, y el tintero en una esquina y los dos pedazos de pliegos que se salían por un lado y sobraban por el otro. Vaya imagen. No me extraña que el nuevo heredero se pusiera nervioso.

Lo que ya empieza a preocupar es que al día siguiente y con Camila al lado volviera a pasar lo mismo, de nuevo la pluma que se encasquilla.

Me ha pasado a mi lo mismo con un casquillo del baño, daba igual la bombilla que pusiera que no entraba bien ninguna y te pone de unos nervios?de una tensión, que no me extraña que el nuevo Rey exclamara "No soporto esta situación".

Pero es lo que nos toca Carlos, "compadre", que a veces las cosas no giran en la medida que queremos, o se atascan, por pequeñas o grandes, que nos sobra papel o nos falta mesa, que la bola de la ruleta no cae en la casilla que queremos y nos toca seguir apostando.

Así que paciencia, como la que tuvo la que es ahora nueva Reina consorte, que sabía que esa llama del amor que nació en la juventud no se había apagado nunca y soplaba de vez en cuando las brasas para que la hoguera se mantuviera viva.

Déjate guiar por ella, hazme caso, y que elija ella las mesas y las plumas?todo será más fácil
en tu reinado. Ya lo verás. Suerte.
Mientras tanto el jefe de protocolo en la cola del paro no encuentra consuelo al motivo del despido que se especifica en la carta del Palacio Real. "?haber elegido mal LA PLUMA DEL REY".

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