Agentes de la Policía Nacional detuvieron el pasado 3 de diciembre en Valladolid a un hombre como presunto autor de un delito de robo con violencia y otro de quebrantamiento de condena, tras asaltar el domicilio de sus padres y agredir a su progenitor.

Los hechos ocurrieron de madrugada, cuando varias dotaciones policiales acudieron a un domicilio de la capital, comisionadas por la sala CIMACC 091, después de que un hombre denunciara haber sido agredido y robado por su propio hijo.

Al llegar al lugar, los agentes se entrevistaron con la víctima, un hombre de avanzada edad que se desplaza en silla de ruedas, quien relató que su hijo -sobre el que pesaba una orden de alejamiento en vigor respecto a sus progenitores- había acudido insistentemente al domicilio sobre las 01:30 horas, marchándose al no conseguir que le abrieran.

Horas más tarde, una vez que la madre abandonó la vivienda, el presunto autor regresó y logró acceder al interior. Allí, amenazó a su padre con un cuchillo para exigirle dinero, llegando a producirle un corte en el brazo. A continuación, registró cajones y armarios, localizando 1.500 euros en efectivo, que sustrajo antes de arrebatarle también el teléfono móvil y abandonar el domicilio.

Los agentes difundieron de inmediato una descripción física y de la vestimenta del sospechoso a través de la red de comunicaciones policial. Minutos después, una unidad de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) localizó al individuo en las inmediaciones de la Plaza Circular, reconociéndolo por intervenciones anteriores.

Al percatarse de la presencia policial, el hombre emprendió la huida a la carrera, siendo perseguido por los agentes hasta que finalmente fue alcanzado y detenido en la confluencia de las calles Industria y Bailarín Vicente Escudero, pese a la fuerte resistencia y actitud agresiva que mostró en todo momento.

Durante el traslado a dependencias policiales, el detenido causó daños en el vehículo policial, llegando a desencajar la ventana trasera del radiopatrulla a base de patadas y golpes. Debido a su elevado estado de agresividad, fue necesario su traslado al Hospital Clínico Universitario, donde continuó mostrando una conducta violenta, intentando agredir al personal sanitario y amenazando a los agentes que lo custodiaban.

Finalmente, el detenido fue puesto a disposición judicial, decretándose su ingreso inmediato en prisión.