El Real Valladolid superó (2-1) al Granada en un partido de dos caras. Una primera parte ridícula se esfumó con una segunda mitad convincente en el que el equipo reaccionó con corazón, y no tanto con cabeza. Los tres puntos dejan a los de Guillermo Almada en séptima posición saboreando la zona de playoff, que custodia, entre otros, su próximo rival, el Cádiz CF.

PRIMERA PARTE INEXPLICABLE

El Real Valladolid comenzó el partido dormido en el Estadio José Zorrilla. Con el alma, aún, en Portugalete. Pero la esencia era la misma: un balón dentro del área que Latasa desperdiciaba por enésima vez. Hay muchas cosas que por mucho que queramos... no van a cambiar y a los hechos uno se remite.

A partir de ahí, y con el Pucela errático, los locales tenían el balón, pero sin ser verticales. El cuero le llegaba a Iván Alejo que, ante la falta de alternativas, tenía que centrar. El problema es que los balones colgados por el ‘14’ no encontraban rematador. Guilherme Fernandes, minutos después, tuvo que intervenir para que no le llegara el balón a Jorge Pascual, que metió miedo a los blanquivioletas.

Sin embargo, ni con esas el Pucela de Almada reaccionaba. La pasividad y las malas decisiones de los futbolistas daban alas al Granada de Pacheta que probó a Guilherme hasta que le superó. Una buena jugada de Souleymane Faye, ayudado por un Javi Sánchez completamente fuera de partido, acababa en las botas de Pascual que adelantaba a los suyos dentro del área (0-1).

El tanto provocó los pitos del José Zorrilla... y con razón. El Pucela, con su entrenador muy cuestionado, estaba siendo inferior a su rival, el cual necesitaba ganar para salir del descenso. Los últimos minutos del choque dejaban mejores sensaciones en las arcas pucelanas, ya que los de Almada encerraron al conjunto nazarí, pero su falta de criterio a la hora de elaborar jugadas imposibilitaba el empate, el cual tampoco merecía.

REACCIÓN SUFICIENTE

No era tan difícil mejorar la primera parte del Real Valladolid, pero tiene mérito hacerlo. Todo sea dicho. La reanudación le sentó mejor al equipo de Almada. Este último se cargó a Javi Sánchez y a Biuk al descanso para meter a Tomeo, que partió de suplente, y a Jorge Delgado, que sigue depositando su confianza en él.

Los locales acumularon varias acciones ofensivas hasta que obtuvieron un botín merecido. Un centro de Ponceau, que cumplió con su rol, le llegó a Amath que, tras dos recortes, igualó la contienda (1-1). El tanto metió en el partido al Real Valladolid, que ya saboreaba una hipotética remontada. De hecho, el equipo que más se lo estaba mereciendo era el de Almada que, al menos, mejoró su imagen tras una paupérrima primera mitad.

Aun así, el Granada, que estaba bien plantado en el césped, no perdía la cara al encuentro. Es más, algún acercamiento obligó a intervenir a Guilherme que se mostraba muy seguro por arriba. Pasaban los minutos, y los de Pacheta mantenían un empate que le permitían mantener la buena racha de resultados: llevaba, en concreto, seis partidos sin perder. Sin embargo, un penalti tonto cometido por Manu Lama en el tramo final facilitaba la remontada blanquivioleta. Chuki adquirió la responsabilidad ante la ausencia de Latasa y, con suspense, transformó la pena máxima (2-1).

Ya en el descuento, donde el Granada se quedó con diez por la astucia de Iván Alejo, el Real Valladolid no sufrió y sumó una nueva victoria que le deja a un punto del Cádiz, el último equipo que, en estos momentos, disputaría el playoff de ascenso. Contra el conjunto gaditano, precisamente, se verá las caras el Pucela el próximo fin de semana en busca de tres nuevos puntos que allanarían el camino.