Un bombero vallisoletano recién llegado de El Bierzo: "Es desolador, hay vecinos que lo han perdido todo"

Lamenta que hayan tenido que "insistir" para ir porque podrían haber estado en la zona "desde el primer día", ya que "siempre han estado predispuestos" a ayudar

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Un bombero vallisoletano recién llegado de El Bierzo: "Es desolador, hay vecinos que lo han perdido todo"
Bombero vallisoletano en los incendios de El Bierzo. Fotografía cedida a TRIBUNA.
El autor esAlejandro De Grado Viña
Alejandro De Grado Viña
Lectura estimada: 5 min.

Eduardo Robledo (Valladolid, 1982) es uno de los bomberos del Ayuntamiento que acaba de 'aterrizar' en la capital del Pisuerga después de haber estado en la zona de El Bierzo dirigidos "de manera coordinada" por el jefe de Bomberos de Ponferrada, al que estarán "eternamente agradecidos". Robledo formó parte del segundo equipo que se desplazaba hasta la mencionada ubicación, ya que los primeros se fueron, prácticamente, nada más saber que los políticos habían dado el visto bueno para su correspondiente desplazamiento.

Junto a él, y a partir de las 0.00 horas, estaban otros cinco bomberos: Alberto, Alejandro, Álvaro, Roberto, y Alberto (alias 'Tito'). En total, seis efectivos (cuatro bomberos, un conductor y un jefe de mando) que relevaban al primer contingente que ya había acabado las labores de extinción en la zona. Robledo, en una entrevista que concede a TRIBUNA, lamenta haber tenido que "insistir desde el primer día en ir", a pesar de que ellos "siempre" han estados "predispuestos" a ayudar.

"Lo estábamos viendo en la tele. Es cierto que el alcalde se ofreció a enviar bomberos a los incendios, pero hasta que no fuimos requeridos por el CECOPI no salimos. Había que ir con un equipo bien preparado y dimensionado porque allí, sin eso, no hacemos nada. El jefe del servicio de Ponferrada también pidió ayuda a nuestro jefe de Valladolid, y este necesitó el respaldo de los políticos. Ya teníamos la solicitud por parte de la dirección de la emergencia. El Ayuntamiento quería que fuésemos, pero estaba esperando a que nos reclamasen", revela.

A partir de ese momento, se pusieron manos a la obra y se reunieron para determinar quiénes iban a ir. "Fueron bomberos de Alemania o de Finlandia y los de Valladolid estábamos con los brazos cruzados... La situación no podía seguir así. Nosotros queríamos ir desde el día 9. Al ver que ya podíamos, vimos quién podía ir y quién no. Como querían ir más bomberos de los que se podían, lo sorteamos. Había muchos voluntarios, y por eso decidimos hacer relevos", asegura.

Llegaron a Ponferrada el pasado martes a las 03.00 horas. Se compraron bocadillos, embutido incluido, para poder comer no solo durante el trayecto, sino durante su labor hasta, aproximadamente, las 20.00 horas del día siguiente. Sin embargo, tenían la obligación de no quedar "desatendida" a la ciudad de Valladolid, por lo que hubo efectivos, logística en mano, que pidieron que un equipo a mayores y otro de retén estuvieran presentes. Estos últimos se sumaron al que ya estaba de servicio para mantener a 24 bomberos operativos (7 en Canterac y el resto en Las Eras), tal y como viene siendo habitual. "Al irse seis a Ponferrada, se llaman a otros 12. De esta manera, reforzamos el operativo, ya que se van seis a la zona indicada y llegan los otros seis a Valladolid", explica Robledo.

FUNCIONES REALIZADAS

Los Bomberos de Valladolid desplazados a la zona de El Bierzo tenían como objetivo "proteger a las personas". Es decir, no estaban en primera línea de 'batalla', como tuvieron que hacer "los brigadistas o los técnicos medioambientales", porque su cometido era "defender a los pueblos", evitando que los incendios alcancen las viviendas y a los vecinos que residen en los mismos. "Nosotros estuvimos en la retaguardia. Es cierto que nosotros no estamos preparados para afrontar estas situaciones porque somos bomberos urbanos. Lo normal es que nosotros atendamos un fuego en una vivienda, y no un fuego en un monte. Eso sí, íbamos equipados para sofocar cualquier tipo de incendio, sea forestal o interior. Tratamos de que no siga pasando lo que ya ha pasado, pero hemos llegado muy tarde", incide.

"El fuego ha devorado pueblos enteros. Si el fuego llega a la vivienda, es muy difícil sofocarlo porque alcanza a la vivienda de al lado... y es ahí donde nosotros entramos en acción. Había que limitar la pérdida material y, por supuesto, evitar la pérdida personal. Hay muy poco terreno limpio en los alrededores. Cuando arde el monte, minutos después arden las viviendas del pueblo... Son cosas inevitables", contextualiza.

AMBIENTE EN LA ZONA

Robledo, preguntado por cómo estaban los vecinos en los diversos pueblos, reconoce que le sorprendió la respuesta de los mismos, ya que esperaba verles "de mal humor". "La verdad es que me encontré con una situación muy diferente... Vimos a gente alegre, organizada, y los pueblos... autogestionados. Los vecinos no pierden la sonrisa, y es algo digno de admirar. Nos dieron agua, pastas... Nos preguntaron, incluso, que qué tal estábamos. Al haber tardado tanto en llegar, nos dijeron que si ellos no ejercían, con sus propios medios, de cortafuegos, no lo iba a hacer nadie por ellos. Quedamos como héroes, pero los verdaderos héroes son los vecinos, que son los más resolutivos. Muchos pueblos han parado sus fiestas y se han puesto a trabajar", apunta.

Aun así, lamenta lo doloroso que es ver cómo está la zona entre León y Ourense después de que "el fuego lo haya arrasado todo". "Es desolador. Parece que ha caído una bomba atómica. Hay pueblos que se han salvado y hay otros donde las llamas les han pasado por encima. De hecho, en Lusio había quedado una casa a salvo y ya no estaba cuando llegamos. No vimos ni una sola piedra en toda la zona", manifiesta. 

Aparte de Lusio, también han recorrido OenciaSanto Tirso de Cabarcos, donde no ha tenido la sensación de descoordinación, pero sí de impotencia. "Los técnicos y el jefe de Ponferrada nos lo explicaron todo. No lo vi tan mal como dicen, pero mi opinión, 10 días después, no puede ser igual de válida que la de los efectivos que llevan desde el principio. Se han coordinado lo mejor que han podido, a pesar de que al principio fue caótico", recalca.

Por último, no pone en valor las medidas aprobadas por la Junta de Castilla y León porque "una cosa es prometer y otra, muy distinta, es prevenir". "Lo vimos en Zamora, lo vimos en Valencia y ahora lo volvemos a ver aquí. No se va a recuperar todo lo que ya han perdido. Los políticos tienen intereses partidistas y no podemos depender de ellos para que nos dirijan", sentencia un Eduardo que también revela que, salvo nueva orden, no se desplazarán más a El Bierzo, ya que el Centro Coordinador de Emergencias ha desactivado la ayuda.

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