'Todo lo que no sea perder, suma' es una frase que se repite mucho en los mentideros deportivos porque sirve para demostrar que el resultado ha aportado más que lo puramente futbolístico. Este podría ser un resumen del empate (2-2) entre el Burgos y el Real Valladolid ante más de 2.000 espectadores en el Estadio El Plantío. Era la última prueba de la pretemporada para ambos y se notó el rodaje, en cuanto al bloque, de los locales y las dificultades en defensa que tiene un Pucela que llegará a la primera jornada liguera con más dudas que certezas.

El partido comenzó con el Burgos dominando. No solo en la presión, sino también en la posesión, en la intensidad y, sobre todo, en el marcador. De hecho, Chapela adelantó a los suyos en los primeros compases del choque, pero la acción estaba invalidada por fuera de fuego. Esa acción ya dejaba claro que la superioridad de los locales iba a dar sus frutos. Es más, no tardó en llegar el primer tanto de los de Luis Miguel Ramis que aprovecharon un penalti evitable cometido por David Torres sobre Fer Niño, que hizo todo lo que quiso durante todo el encuentro. Curro Sánchez tranformó la pena máxima, engañando a Guilherme (1-0).

Ni con el marcador en contra despertó el Real Valladolid. Los de Guillermo Almada, totalmente perdidos en el primer acto y a merced de su rival, se acercaron a portería contraria en tan solo una ocasión con el segundo tanto de los blanquinegros que pudieron, incluso, golear a los pucelanos. Mientras tanto, Chapela ponía tierra de por medio (2-0) dejando en KO técnico a los visitantes, que estaban dando una imagen similar al encuentro contra el Bristol a menos de siete días de su estreno liguero, lo cual, a pesar del empate final, preocupa y mucho. El descanso era la mejor noticia para el Pucela, que estaba obligado a reaccionar.

La reanudación le sentó mejor al Pucela. Bueno, quizás no la reanudación en sí, sino los cambios introducidos por Almada, que se habrá dado cuenta de que, entre otros, Pablo Tomeo debería ser de la partida cuando el Club lo pueda inscribir. Decidir lo contrario sería inexplicable. Con él en el campo, impulsado por un inspirado Meseguer y un Chuki apareciendo por momentos, el Pucela fue capaz de revertir, al menos en el marcador, la imagen bochornosa que había dejado durante los primeros cuarenta y cinco minutos. 

De la cabeza del propio Meseguer nació el primer gol amarillo. El rechace de la parada de Ander Cantero lo recogió Latasa que, con dudas, metió al Real Valladolid en el partido (2-1). A raíz del gol del '9', los de Almada dieron un paso hacia adelante y empezaron a trenzar jugadas de peligro, sobre todo en la banda de Biuk que, de nuevo, fue de menos a más en el choque. En el otro costado también estaba haciendo daño Iván Alejo que, a veces, estuvo más pendiente del 'ruido' que de las intentonas de los suyos.

Cuando parecía que el Burgos se iba a llevar el encuentro, Amath rescataba a los blanquivioletas para firmar un empate agridulce y lleno de incertidumbres porque, con lo poco que falta para la primera jornada de competición, el Pucela sigue dando la sensación de que necesita refuerzos... más de lo que Víctor Orta cree, aunque el límite salarial dificulte el proceso.