Los familiares de Esther López son un ejemplo de superación, entrega y coraje. Todos ellos, aunque siguen pasándolo mal porque el caso no se ha resuelto, se rendirán cuando el principal y único investigado del fallecimiento de la joven, Óscar S., acabe entre rejas. Para que se dé dicha circunstancia, tiene que pasar dos hechos fundamentales: la celebración de un juicio y que se declare culpable el sospechoso en el mismo. 

Sara Nieto, prima de la víctima, ha atendido este viernes a TRIBUNA a las puertas de los juzgados, donde se han concentrado aprovechando que los peritos de la defensa y de la Guardia Civil iban a prestar declaración. Sara reconoce que el "dolor" no se fue "desde el día de la muerte de Esther". De hecho, "cada vez que pasa algo" o vienen a los juzgados, como ha sucedido este viernes, ellos "vuelven" a ese fatídico momento. "El dolor te invade el cuerpo y te queda paralizada", confiesa.

No obstante, la esperanza es lo último que se pierde. La prima de la fallecida asegura que le "da tranquilidad" el hecho de que se esté "hilando todo muy fino para que no quede nada del aire". Espera, por tanto, que "todo quede súper claro y explicado" antes de que se celebre un juicio y "no quede" en el mismo "nada en el aire". Como aún hay cuentas pendientes que resolver, "el sufrimiento y la angustia se está alargando". Por eso, Sara "siempre está alerta" y con el "runrún" en la cabeza.

Además, la joven se pone en la piel de sus tíos, que están viviendo "un auténtico infierno". "La muerte de Esther les ha partido la vida", continúa. Ella es consciente de la situación, no solo por lo que pasó aquel 13 de enero de 2022, sino porque, al formar parte de "una familia muy unida", está en contacto de manera permanente con Inés o Miguel, hermana y padre, respectivamente, de Esther. Con la madre de la misma también, ya que su madre es hermana de esta última. "Se ven varias veces durante la semana y hablan todos los días. Se apoyan mucho, pese a que viven en pueblos diferentes", explica.

Por último, reconoce que tenía una "relación cercana" con Esther, con la que vivió y estudió, incluso, en Valladolid. "Es mi prima, pero es como si me hubieran arrebatado a una hermana", revela. Tanto es así que asegura que "esto está siendo una pesadilla", obstáculo que no evitará para que luchen "hasta el final". "Vamos a hacer todo lo posible, no vamos a parar", concluye.