Casi más de un año después Pisuerga sigue sin conocer la derrota. Eso pasó aquel 29 de marzo de 2022 cuando el Estudiantes de Jota Cuspinera sobrevivió al fortín blanquivioleta logrando llevarse a Madrid una trabajada y valiosa victoria (62-66) con la actuación arbitral como protagonista en la mayoría de los tramos del encuentro. Ante esta circunstancia, el polideportivo tenía sed de venganza, y colgando el cartel de 'no hay billetes', afrontó uno de los partidos de la jornada, aunque esta ya llevaba consigo un Andorra-Palencia. En cualquier caso, los de Paco García lo demostraron cuajando su mejor actuación.

MERECIMIENTOS DESDE EL PRINCIPIO

Los pucelanos, sólidos en defensa, y dando mínimas opciones a los madrileños, cogieron desde el principio el timón del barco para aferrarse a la imbatibilidad de 'su' casa. Primero empezó Belemene, que lideró al equipo en un primer cuarto que acabó teñido de color blanquivioleta (21-20). En el segundo, Jaan Puidet, que volvió a provocar más de un aplauso en la grada, con Gregg Gantt como aliado, aupó a los locales con un 6-0 de parcial (27-20).

Sin embargo, Estudiantes no quería dar su brazo a torcer y el tiempo muerto de Javi Rodríguez fue clave para que los suyos reaccionaran a través de Leimanis, que no le hacía falta presentar una carta de presentación porque Pisuerga ya la conoce (40-37). Con ese marcador, el partido se fue a un descanso que tuvo la puesta en escena de la cantera del club, acto que simuló el Real Valladolid con su sección femenina en el encuentro ante el Espanyol.

PEQUEÑAS DUDAS SOLVENTADAS

Tras la reanudación, fue el equipo colegial el que salió mejor y con un parcial de 2-8 (42-45) provocó que surgieran las primeras dudas al conjunto de Paco García, que necesitaban centrarse porque entraron en una pequeña burbuja como si fuera una montaña rusa. Y, en ella, fue el capitán Sergio de la Fuente el que tuvo que poner el orden demandado. El '22' se echó el equipo a sus espaldas, sustituyó en esa figura a Pantzar, y la iniciativa empezó a coger forma de victoria (54-49). 

A partir de ahí, con la excepción del último arreón estudiantil (65-67), los pucelanos dieron la vuelta a esa montaña rusa que se convirtió en la fiesta del 'Sweet Caroline', seña de identidad en Pisuerga. De hecho, los locales incluso estuvieron cerca de recuperar el basketaverage, pero eso solo quedó en intento porque los visitantes no lo permitieron. Finalmente, el último 'superviviente' no pudo salir vivo (81-75) de un Pisuerga que cuenta sus partidos por victorias.