Tres años habían pasado desde la última vez que esta iniciativa, sin duda una de las más bonitas del año, se pudo celebrar con total normalidad. Este martes, tras una pandemia y aún con la mascarilla en la cara, una destacada representación blanquivioleta retomó la tradicional visita a los niños hospitalizados en la capital vallisoletana. Masip, Roque Mesa, Joaquín, Sergio Asenjo, Óscar Plano y Escudero ejercieron de embajadores, en esta ocasión en el Hospital Campo Grande de Grupo Recoletas y el Hospital Clínico Universitario.

Fueron cargados de regalos pero, por supuesto, lo que más ilusión hizo a los pequeños y a sus papás fueron las fotografías, los autógrafos, los abrazos, las palabras de cariño y aliento y las sonrisas. Los jugadores del Real Valladolid fueron magos por un día e hicieron felices a todos los presentes.

La visita no solo sirvió para insuflar ánimos a los que tienen que pasar estos días hospitalizados, sino también para reconocer la ingente labor de los servicios sanitarios que todos los días miman a los niños y niñas con una gran dedicación y la mejor de sus sonrisas.