La heredera apeló a "volver", a "los básicos" que sostienen cualquier sociedad democrática: el respeto, la educación y la empatía hacia los más vulnerables
Un cura de confianza, el fiel apoyo de Tamara Falcó desde que rompió su relación con Íñigo Onieva
Tamara no ha dejado de recibir visitas de sus seres queridos, que no han dudado en desplazarse hasta la residencia de Isabel Preysler para arroparla en estos durísimos momentos
La casa de Isabel Preysler se ha convertido en un hervidero de actividad desde que Tamara Falcó rompió con Íñigo Onieva tras la filtración - 24 horas después de anunciar su boda - de un vídeo en el que su prometido besaba a otra mujer.
Destrozada ante esta deslealtad que en un principio el empresario negó rotundamente, la marquesa de Griñón abandonaba el sábado el piso que compartían en el centro de la capital y ponía rumbo a la mansión familiar de Puerta de Hierro, donde se refugia desde entonces.
En los últimos días, y a medida que hemos ido conociendo más detalles de la ruptura del momento, Tamara no ha dejado de recibir visitas de sus seres queridos, que no han dudado en desplazarse hasta la residencia de Isabel Preysler para arroparla en estos durísimos momentos.
Además de Ana Boyer, que regresó de urgencia a Madrid con sus hijos cuando su hermana rompió su compromiso, de su monitor de yoga - ya que el deporte la está ayudando a sobrellevar esta situación - y de su estilista, que supervisó personalmente el look elegido por la socalité en su reaparición ante la prensa el pasado martes, Tamara ha recibido estos días una visita muy especial.
Y es que un sacerdote de confianza ha acudido diariamiente a la casa de Isabel Preysler para dar consuelo a la marquesa de Griñón, ejerciendo de su guía espiritual y consiguiendo que Tamara afronte este delicado trance refugiándose en su fé, una gran ayuda para sobrellevar su ruptura con Íñigo.
Además, Tamara también ha recibido varios ramos de flores, muestras de cariño y apoyo tras uno de los varapalos más grandes de su vida.
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