Era la despedida de Manuel Jesús El Cid de la plaza de toros de Valladolid y el sevillano cuajó un toro. Solo la espada le privó de salir por la Puerta Grande. Gran toro, el quinto de El Pilar, con el que López Simón cortó una oreja que, junto al trofeo, que había obtenido en el segundo le sirvió para abandonar en volandas el coso de Zorrilla. Ginés Marín pasó sin pena ni gloria en su debut en la feria.