El dominio de los de David Barrio fue el detonante de una victoria que pudo ser más amplia ante el Castillo de Gorraiz Valle de Egüés (95-70)
El UEMC CBC Valladolid no da opción al colista en Pisuerga
El dominio de los de David Barrio fue el detonante de una victoria que pudo ser más amplia ante el Castillo de Gorraiz Valle de Egüés (95-70)
Parece fácil lo que ha hecho el UEMC Club Baloncesto Ciudad de Valladolid, pero no lo es por una simple razón. En todos los deportes cabe la posibilidad de que te la pegues con el que menos te lo esperas. Y si no me crees, piensa en el Real Valladolid, con la Cultural y Deportiva Leonesa o en su filial, que ha perdido este sábado ante la UD Sámano, que no había ganado hasta ahora ningún partido. Es más, en balonmano, el Atlético Valladolid ha tenido que sufrir de lo lindo para superar a un recién ascendido... Casi nada.
Sin embargo, y como debe ser, los pupilos de David Barrio afrontaron la cita ante el Castillo de Gorraiz con profesionalidad y, por lo tanto, con seriedad. Parece que el conjunto morado aprendió de aquel ridículo vertido en la cancha de la Cultural y Deportiva Leonesa Baloncesto... otro equipo que, hace dos años, militaba en la Tercera FEB, la antesala de los infiernos. De ahí, y tras la meritoria victoria ante el Palencia, actual líder de la Primera FEB, los de Barrio cuentan sus partidos por victorias hasta el punto de que hoy el aficionado que iba a Pisuerga ya daba por hecho lo que iba a pasar.
La debilidad defensiva del Valle de Egüés, el peor equipo de toda la categoría, fue clave para que los locales metieran una marcha más cuando querían y, de esta forma, poner tierra de por medio cuando el partido así lo requería. De hecho, no tardó en hacerlo con un parcial a favor de 26-7 impulsado por un inspirado Hanna que ya está dando la razón a las personas que confiaron en su fichaje. Y hablo de los que están, de los que no se han bajado nunca de este barco tan morado.
El 31-18 del primer cuarto mantuvo al UEMC al quite, ya que la barrera psicológica de los 10 puntos podría caer, en cualquier momento, por su propio peso. En un visto y no visto, después de algún tiempo muerto de David Barrio por el camino, el equipo no quiso sustos, y se fue al descanso con un 52-36 que dejaba el partido, prácticamente, sentenciado. A estas buenas noticias se sumó la gran actuación de Iñaki Ordóñez, al que ovacionó merecidamente Pisuerga, y el festival de asistencias de Pablo Marín y Pau Isern que, cuando coindicen en la pista, el UEMC es otro equipo. Al menos, más fluido, con mejores ideas y, por tanto, más vertical.
El Valle de Egüés, totalmente noqueado, no se pudo levantar del parqué de Pisuerga y frenó la sangría en un 95-70 que mantiene la imbatibilidad en el conjunto morado y las malas sensaciones en los visitantes. Ahora ya toca pensar en la Copa de España, que será otro cantar. El equipo recibe a Estudiantes con muy poco margen y con la cabeza puesta también en Morón, donde será la primera prueba de fuego de la temporada, ya que hasta el momento los pupilos de Barrio no se han enfrentado, en teoría, a un rival directo.
El conjunto de Fernando Latorre se mantuvo en el partido hasta los últimos cinco minutos, pero los errores en ataque en momentos claves le condenaron
Las vallisoletanas salieron con ganas, y con la firme intención de imponer su dominio desde el primer minuto
El actual campeón recibe este sábado a las madrileñas en Pepe Rojo, en un partido de alto voltaje