El Real Valladolid volvió a imponerse (0-1) a Colo-Colo gracias a un gol de Juanmi Latasa nada más empezar la segunda mitad. Los de Guillermo Almada, peor asentados en el terreno de juego que el pasado miércoles, mejoraron las prestaciones tras el descanso y se merecieron la victoria ante un rival que desaprovechó, como hace cuatro días, las ocasiones que generó en el primer acto. Los blanquivioletas finalizan su estadía en Chile levantando el trofeo del centenario colocolino y sabiendo lo importante que es la figura de David Arellano para un Club hermano.

ESPESO Y SIN CHISPA

El Pucela estuvo más espeso en los primeros compases del encuentro. De hecho, se le veía falto de piernas, con una carga física importante, ya que Almada decidió apostar por la misma alineación que en el partido de ida en Viña del Mar. Es más, el guion fue similar al encuentro del pasado miércoles porque fue Colo-Colo el equipo que más oportunidades generó y el que más cerca estuvo de estrenar el marcador del Monumental.

Sin embargo, Guilherme Fernandes apareció cuando el Real Valladolid más lo necesitaba, evitando el tanto de Manley Clerveaux con una gran estirada. No parecía despertar el Pucela, ni con la parada de su portero, pese a que alguna recuperación de Alani en campo rival podría haber dado sus frutos a los de Almada, que seguían sufriendo las acometidas de su rival. Una de ellas, clarísima, como la que tuvo, con todo a placer, Alexander Oroz, pero el centrocampista la mandó fuera.

Este último, tras un maravilloso homenaje a David Arellano por parte de su bisnieto Tomás, se plantó ante Guilherme, pero el portero portugués estuvo rápido para tapar al 20, que cayó en el área para tratar de engañar a Fernando Vejar, que no señaló la pena máxima. Los visitantes no acabaron tan bien la primera parte como en Viña del Mar, pero, al menos, mantenía intactas sus opciones de levantar la Copa Jetour.

MEJORA SUSTANCIAL CON MINUTOS PARA LA CANTERA

La reanudación fue el fiel reflejo a lo que se vivió en el Sausalito hace apenas cuatro días. Es decir, el Pucela mejoró tras el paso por los vestuarios y esa aparente superioridad dio premio a los blanquivioletas a las primeras de cambio. Un gran centro de Garriel lo remató de cabeza un buen posicionado Latasa que batió a Eduardo Villanueva, el mismo cancerbero que Almirón hizo debutar en Viña del Mar.

Los cambios dieron alas al Real Valladolid que, al contraataque, tuvo varias ocasiones para sentenciar al Colo-Colo. Un pase de la muerte de Marcos André que no acabó en las botas de Latasa, un disparo, prácticamente, a bocajarro de Biuk que sacó como pudo Villanueva, y otro cabezazo de André que nadie remató en área pequeña. Las tres acciones manifestaban el peligro que estaban generando los de Almada frente a la posesión estéril de Colo-Colo, que no estaba teniendo ni profundidad ni frescura para igualar la contienda. 

A estas circunstancias se suma que se quedó con un jugador menos, por lo que el partido ya estaba visto para la sentencia ante la presencia de varios canteranos pucelanos que nunca olvidarán el Monumental. Por su parte, los juveniles colocolinos, que lucharon hasta el final ya que los teóricos titulares este domingo disputan un partido liguero, estuvieron a la altura de lo que representa Colo-Colo a pesar de no haber ganado el trofeo.