carta del director

El fracaso del bono cultural

El Gobierno de España planteó como uno de sus proyectos estrella la oferta del denominado 'Bono Cultural', destinado a jóvenes de 18 años (nacidos en 2004) para gastar en productos culturales. Esta medida, enfocada según el Ministerio a ayudar al sector cultural a recuperarse de la crisis, pone en bandeja 400 euros para un gasto controlado, ya que una de las medidas excluyentes no permite el consumo en espectáculos taurinos, además de otros sectores.

Los resultados presentados esta semana por el ministro Miquel Iceta son concluyentes. Un 43,4% del total de las personas de esta edad (488.794 según el INE) no lo han solicitado o no han completado el proceso de solicitud. En términos regionales, solo uno de cada tres jóvenes de Castilla y León ha accedido a estos bonos. Para justificar este fracaso, el Gobierno de España argumenta que se han detectado dificultades de los usuarios para conseguir el certificado digital.

Pero el Gobierno no lo entiende como un fracaso. Es más, ha anunciado la segunda fase de este bono para 2023, año electoral en el que todos estos destinatarios del dinero disfrutarán por vez primera del derecho al voto al tener cumplidos los 18 años de edad.
La política se ha convertido en una batidora de ocurrencias que parece centrarse más en las superficialidades del sistema. Gobernar o comunicar a golpe de tweet, última moda recurrente, trae como consecuencia resultados de este tipo: fiasco y más de 100 millones de euros de los 210 previstos en este programa sin ejecutar por el rechazo de los destinatarios de esos bonos. Es decir, los jóvenes susceptibles de reclutar en su primera experiencia como votantes.

Miquel Iceta ha querido vestir de éxito lo que en términos generales ha sido un rechazo absoluto que debería llevar a otra reflexión: los jóvenes dan la espalda a la oferta cultural porque están a otras cosas. Así de simple y así de triste. Las cifras hablan por sí mismas. En Castilla y León con esa franja de edad en 20.890 jóvenes, solo 13.213 han recibido ese bono cultural (63,25%). A nivel nacional todavía es peor: 281.557 jóvenes de 18 años solicitaron ese bono, lo que supone que un 43,4% del total de las personas de esta edad (488.794).

Los datos deberían llevar a una reflexión más madura y menos populista, pero el Gobierno está centrado en su catálogo electoral a la caza del voto nuevo en un periodo que se presume asfixiante. La segunda fase de esta campaña se prepara para el año 2023; millones a disposición de unos jóvenes a los que no les llega la información. Deberían empezar por eso.