
Para profesionales
No motives a los desmotivados

La campana de Gauss, también llamada distribución normal, es la representación gráfica de una función estadística que tiene forma de U invertida. En ella se pueden observar 3 zonas: una central y cóncava, que es la más alta, y otras dos en los extremos con formas convexas y que tienden a aproximarse al eje de las X. En esta representación, los casos más frecuentes se encuentran en esa zona central, mientras que los casos raros se encuentran en los extremos. La campana de Gauss se utiliza para ilustrar la distribución de una variable en muchos y variados temas, como por ejemplo, la altura de las personas de una determinada región.
Si midiéramos la motivación de las personas en una organización o en un equipo se ajustarían bastante a la curva normal o campana de Gauss. La mayoría de las personas se situarían alrededor del eje central de la gráfica, serían aquellas que se sienten medianamente motivadas. Su rango de motivación iría desde una motivación media-baja a una motivación media-alta. Esas personas, dependiendo de numerosos factores, podrían estar un día en el umbral inferior del grupo y otro día en el umbral superior.
Habría un número pequeño de personas que estarían en la parte derecha de la campana, es decir, muy motivados, serían los trabajadores excelentes. Y aunque su motivación también fluctuase dependiendo del día, se mantendría en unos niveles altos. Por último habría un tercer grupo de personas, también pequeño, cuya motivación sería baja o muy baja. Estos últimos serían los malos trabajadores, que se encontrarían en la parte izquierda.
Erróneamente muchos responsables de equipos piensan que su labor como motivadores del equipo es tratar por todos los medios conseguir que esos malos trabajadores, se conviertan en buenos trabajadores. Persiguiendo ese objetivo tratan por todos los medios encontrar la varita mágica que consiga convertir a ese número pequeño, pero existente, de vagos, escaqueadores profesionales, negativos, protestones, encizañadores, malgastadores de tiempo y pasotas, en personas diametralmente opuestas: trabajadoras, proactivas, positivas, participativas, que hacen equipo, eficientes y comprometidas.
Conseguir que una persona que está en la parte izquierda de la curva de Gauss pase a la parte derecha es harto complicado, pero además lleva mucho tiempo. Demasiado. Tiempo que tiene que utilizar responsable del equipo, ya que es él el que tiene que estar pendiente de esa persona, hablar con ella, supervisarla, corregir sus comportamientos y sus actitudes, formarla en aquellas tareas que no sepa desarrollar (aunque no quiera), reconocer sus pequeños avances… En fin, invertir un montón de tiempo en esa misión, cuyo éxito es improbable, y además seguir haciendo sus funciones , responsabilidades y tareas de responsable del equipo. Pero la peor consecuencia de que el responsable de un equipo use gran cantidad de su tiempo para tratar de convertir a un mal trabajador en uno bueno, no es que le quede poco tiempo para hacer su propio trabajo.
La peor consecuencia es que no tendrá tiempo para mantener motivados a los trabajadores que ya son buenos trabajadores. Esos que son los que sacan las castañas del fuego cuando están quemándose, esos que alargan su jornada laboral por el bien del equipo sin tener que decírselo o insinuárselo, esos que hacen equipo con los demás compañeros porque les ayudan y les echan una mano, esos que proponen ideas para mejorar continuamente sin buscar una compensación, esos a los que se les puede confiar un trabajo duro y difícil sin tener que estar detrás de ellos para ver si lo hacen o no… Sí esos. La peor consecuencia es que esos buenos trabajadores, que también necesitan que su responsable les dedique tiempo, no lo tendrán. Y cuando esos trabajadores se desmotiven… ¿quién hará el trabajo duro?
Gracias por leer.
Raúl García Díaz es director de la consultora de recursos humanos Entrepersonas
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